Zócalo de la Ciudad de México.- El mundial de futbol como táctica de represión contra los movimientos sociales arrojó sus primeros damnificados:
Este 10 de junio a partir de las 8 de la noche el plantón del Municipio Autónomo de San Juan Copala en el Zócalo de la Ciudad de México fue desalojado y mudado forzosamente a un costado de la catedral, tras repetidas amenazas de desalojo por medio de "la fuerza pública" realizadas por un funcionario del Gobierno del Distrito Federal y bajo el constante hostigamiento de policías del GDF y de policías auxiliares, así como por las canicas y tuercas arrojadas desde la azotea de Palacio Nacional contra el plantón.
El funcionario, quien dijo llamarse Lenin se negó a dar una entrevista a los medios libres, aduciendo que el no quería desalojarlos. Sin embargo las razones del desalojo fueron claras, el GDF había concesionado el Zócalo de la Ciudad de México para que ahí se instalaran unas pantallas gigantes donde se proyectarían los partidos del mundial de futbol. El primer partido era el 11 de junio, el partido entre las selecciones de México y Sudáfrica, lo que intensificó las amenazas del funcionario. Otro funcionario que si quiso dar una entrevista, pero a un medio comercial y que no dice llamarse Lenin, sino José Ángel Ávila, a las amenazas las nombra "diálogo", ¿donde he escuchado eso antes?. Según su dicho ese "diálogo" no amenazó con desalojar con la fuerza pública en nombre de beneficiar a una empresa privada, sino para empatarse "con el deseo de los capitalinos de ver y disfrutar el futbol sin ningún contratiempo".
Además del plantón de los autónomos fueron forzados a moverse los plantones magisteriales y diversos contingentes solidarios con la causa del SME. El único contingente que no se movió fueron los huelguistas de hambre del SME, dado que el Gobierno del D.F. no quería mostrar una mala imagen pública al desalojar a personas que están en huelga de hambre, pero si desalojó a los autónomos, cuya cabecera municipal se mantiene bajo sitio paramilitar y gubernamental y desalojó también a los profesores y profesoras que luchan contra la privatización de la educación en todo el país. Estos desalojos si le parecieron políticamente correctos al GDF.
Y si le parece políticamente correcto al GDF que miles de aficionados coreen las jugadas que se mostrarán en las pantallas, gritando a altos decibeles justo al lado de los huelguistas de hambre del SME que se debaten en una delgada línea entre la vida y la muerte al llegar al día 48 de huelga de hambre.
Por lo pronto los autónomos han resultado damnificados de la política de "pan y circo" del gobierno perredista capitalino, antaño un esbozo de partido de izquierda. Los y las autónomas se han mudado al lado de la Catedral, sobre la Calle de Brasil, frente al Monte de Piedad.
Se han mudado en un traslado hormiga con sus propios medios. Mientras piensan en la manera en que se pueda romper el cerco paramilitar y gubernamental contra el Municipio Autónomo de San Juan Copala. El traslado fue realizado por niños, niñas, mujeres, hombres, algunos abuelos y abuelas triquis, así como solidarias y solidarios que se autoconvocaron para apoyar el traslado.
Lonas, volantes, frijoles, cobijas, ropa, algunos cuantos muebles, un tinaco para el agua, algunos garrafones de agua potable. Lenta pero sostenidamente el nuevo plantón fue tomando forma. Así, lenta y sostenidamente, y pacíficamente esperan romper con el cerco paramilitar y gubernamental que tiene sitiado el Municipio Autónomo de San Juan Copala.
Todo un reto el pacifismo en tiempos de guerra y de futbol.
Me acordé de una parte de un documental sobre los 30 años de la organización de la Madres de Plaza de Mayo en Argentina. Tras 2 años de dictadura militar habían sido detenidas, torturadas y desaparecidas miles de personas, en ese escenario se realizaba el mundial de futbol de 1978 en Argentina. Organizaciones internacionales denunciaban la sistemática violación a los derechos humanos en Argentina, ante lo cual la dictadura lanzó la campaña "los argentinos somos derechos y humanos". Las madres de desaparecidos semanalmente caminaban en circulo frente a la casa presidencial, para exigir la aparición con vida de los desaparecidos. En una de las escenas del documental se ve a los inchas convocados por el gobierno saltar entre las madres que hacían la ronda, como parte de la campaña "los argentinos somos derechos y humanos", como un acto de provocación y para mostrar la "normalidad" en que vivía la Argentina de la dictadura.
Estos días el zócalo de la ciudad de México es un espejo de un país insurrecto, bajo una cúpula gobernante que siembra el pánico como forma de control social y que utiliza tácticas en las inmediaciones del fascismo.
Ahí los inchas de "la normalidad" de nuevo saltan entre víctimas de crímenes de lesa humanidad, como las y los autónomos de San Juan Copala, como las viudas de Pasta de Conchos, como los huelguistas de hambre que luchan contra la disolución de una empresa estatal que daba trabajo a 45 000 personas y que de la noche a la mañana fueron dejadas sin empleo, como los maestros y maestras que a lo largo y ancho de México luchan contra la privatización de la educación pública que ha costado un siglo de luchas.
Pero a pesar de los aficionados al futbol el Zócalo es una herida abierta, los campamentos están a un lado, a otro y en medio del centro del corazón del país.
Casi a medianoche las y los autónomos terminan la mudanza, todavía habrá que habilitar los espacios del nuevo plantón, pero eso ya será mañana. La autonomía resiste y piensa los pasos que siguen.
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